Mi foto
"Sí, Poeta aficionado, que expreso el sentir entrañable de la vida, en pequeños y sencillos versos." LuMo2020

jueves, 29 de julio de 2010

PERIODISMO CIUDADANO DIGITAL.

lunes, 26 de julio de 2010

LA RUPTURA DE RELACIONES DIPLOMATICAS VENEZUELA - COLOMBIA.

¿Era necesario?
Álvaro Uribe, desde la Federación de Cafeteros, y Hugo Chávez, en Caracas, fueron jugadores tras bambalinas en el debate del jueves en la OEA. Chávez interrumpió la intervención de su embajador con el anuncio de que rompía las relaciones diplomáticas con Colombia, en una ceremonia pública  con  la presencia de Diego Maradona. Los lazos entre los dos presidentes durante ocho años han sido como una montaña rusa.
Álvaro Uribe, desde la Federación de Cafeteros, y Hugo Chávez, en Caracas, fueron jugadores tras bambalinas en el debate del jueves en la OEA. Chávez interrumpió la intervención de su embajador con el anuncio de que rompía las relaciones diplomáticas con Colombia, en una ceremonia pública con la presencia de Diego Maradona. Los lazos entre los dos presidentes durante ocho años han sido como una montaña rusa.

Las relaciones entre Colombia y Venezuela durante los ochos años de convivencia tormentosa entre Álvaro Uribe y Hugo Chávez han sido lo más parecido a una montaña rusa. Han pasado por momentos de sublime retórica de unidad y hermandad y han descendido a puntos de conflicto cercanos a la confrontación bélica. Aún así, no dejó de sorprender que en el minuto final, cuando Uribe prepara maletas para dejar la Casa de Nariño, se haya producido el golpe de gracia en estas tormentosas relaciones. En solo una semana, pasaron de un momento de esperanza a la ruptura formal.
Este capítulo fue el más dramático de todos. No tanto por su significado sino por su forma. En cuestiones de fondo, fueron más graves las crisis que explotaron por la captura de Rodrigo Granda en Caracas, por el bombardeo al campamento de Raúl Reyes en Ecuador, por el abrupto retiro de Chávez como mediador para la liberación de secuestrados o por la reacción de Venezuela a la firma del acuerdo de cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos. Cada uno de esos episodios tuvo su dosis de chabacanería y tropicalismo chavista, pero ninguno supera el show boxístico del jueves pasado en la OEA. Las intervenciones de los embajadores Luis Alfonso Hoyos y Roy Chaderton chocaron en todos sus puntos pero coincidieron en su falta de nivel ante una audiencia escéptica, incómoda y sorprendida.

Hasta ahora el presidente Uribe se había cuidado en mantener un lenguaje moderado que sin duda contrastó con los excesos verbales de Chávez. En la reunión del Consejo Permanente de la OEA, la cosa fue al revés. Fue Colombia la que se desbordó en agresividad y Venezuela la que respondió con mesura. En cuestiones de forma, Hoyos fue ramplón y algo demagógico, mientras que Chaderton trató de recurrir a la ironía y la desenvoltura. Frente a los estereotipos que existen sobre los dos países, en esta ocasión se intercambiaron los papeles.

En cuanto al fondo del problema, la presentación que hizo Hoyos contenía denuncias graves y ciertas. Desde hace tiempo el gobierno del presidente Uribe ha mostrado evidencias sobre la existencia de campamentos guerrilleros en territorio venezolano en los que se resguardan de manera permanente jefes guerrilleros como Iván Márquez, 'Timochenko', Grannobles, Granda y 'Pablito'. También se sabía que desde esos santuarios tanto las Farc como el ELN llevaban a cabo operativos entrando y saliendo libremente. Germán Vargas Lleras, como senador y como candidato presidencial, había hecho estas acusaciones que también han sido difundidas desde hace años por medios venezolanos como El Universal.

Si la exposición del representante de Colombia estuvo llena de verdades, la del delegado de Venezuela se caracterizó por su irrelevancia. Quedó la sensación de que el texto que leyó Roy Chaderton tenía que estar escrito con anterioridad y que, por consiguiente, no respondió a las denuncias de Hoyos. El exceso de afirmaciones burlonas -alusiones a Miguel Bosé, a Larissa Riquelme "la novia del Mundial de Sudáfrica" y hasta al famoso pulpo Paul- le dieron un tono banal que irritó a los colombianos.

Lo curioso es que a pesar de que los argumentos contenidos en el alegato colombiano son todos verdaderos, no se puede decir que el embajador Hoyos haya logrado un triunfo frente a su auditorio. Aunque las pruebas que presentó eran válidas, el entorno político y la forma como fueron expuestas se prestaba para que suscitaran interrogantes. Algunos de los videos y fotos exhibidos, por ejemplo, no son pruebas irrefutables de la presencia de Márquez y los otros guerrilleros en Venezuela porque podrían haber sido grabados en cualquier parte con condiciones climáticas y geográficas semejantes. El exceso de imágenes que no podían ser consideradas prueba reina debilitó la exposición del embajador, que hubiera podido ser más efectiva si se limitaba a las que sí demostraban algo. Solamente las coordenadas del lugar donde está construida la residencia de Márquez son evidencia concreta, objetiva y no discutible, pero Chaderton las minimizó con la afirmación -tampoco demostrada- de que en el pasado el gobierno Uribe ha mencionado coordenadas que a la postre no resultaron verídicas.

En política la verdad no siempre corresponde a lo creíble. Y en el caso del encontrón que tuvieron Colombia y Venezuela, hubo varios ingredientes que hicieron que este fuera uno de esos casos. El mayor de ellos fue la deficiente presentación del embajador Luis Alfonso Hoyos. Su facilidad de expresión es tan grande que el televidente que la veía unos pocos minutos quedaba altamente impresionado pensando que estaba presenciando un knock out. Pero vista en su totalidad dentro del entorno diplomático que tuvo lugar, esa misma facilidad de expresión lo llevó a excesos que terminaron por ser contraproducentes. Si bien tuvo un núcleo acertado -el de las pruebas-, también incluyó apartes que no tenían importancia para la audiencia internacional ni relevancia para el punto que se estaba tratando -como el balance social del gobierno Uribe-, y terminó con un desbordamiento de retórica demagógica más apropiada para una manifestación en plaza pública que para un recinto de embajadores. Más grave aún fue el tono agresivo contra Chávez y el gobierno venezolano y la utilización de términos parroquiales como "angelitos" y "chupasangres" para referirse a los guerrilleros, que seguramente puso en aprietos a las traductoras habituadas a trabajar con textos técnicos y diplomáticos. Esto obliga a plantear la hipótesis de que si la denuncia se hubiera hecho con un discurso mesurado y sin agresiones no necesariamente habría conducido a la ruptura de las relaciones por parte de Chávez.

En esas circunstancias, creer que sería aceptada la propuesta de crear una comisión de la OEA para verificar la existencia de campamentos en las coordenadas reveladas por Colombia, era una ingenuidad. Para empezar, Chávez jamás aceptaría un papel protagónico de la OEA, entidad que desprecia porque la considera manipulada por Estados Unidos. Lo que se usa en los organismos multilaterales es que cuando se presenta una propuesta de esta naturaleza se ha hecho un trabajo previo de aclimatación y concertación. Soltar en medio de un discurso una iniciativa de semejante connotación política es condenarla al fracaso. La naturaleza de la OEA finalmente, por su tradición y también por las normas que la regulan, es la de buscar consensos, lo cual es imposible en un tema que divide de forma tan profunda al continente. Por más convincente que pueda ser la posición colombiana, Venezuela tiene voz y aliados incondicionales en el Alba y en el Caribe, y un grupo significativo liderado por Brasil prefiere mantenerse al margen del conflicto colombo-venezolano. La OEA no era el terreno más favorable para Colombia, país que no contaba con más de cinco votos seguros: Estados Unidos, Canadá, Chile, Perú y México.

Tampoco fue afortunado el momento que escogió el presidente Uribe para hacer pública una información que conocía desde hace varios meses. Las razones por las cuales las evidencias se mantuvieron en reserva -la sensibilidad del contenido, la necesidad de guardar prudencia para evitar provocaciones, la conveniencia de buscar mecanismos no conflictivos para presentarla- seguían siendo válidas.

Pero además resultaba inconveniente sacar a la luz pública el escandaloso dossier en momentos de transición entre dos gobiernos. Los gestos que ha hecho el presidente electo Juan Manuel Santos sobre su intención de buscar un mejoramiento de las relaciones con Caracas, y la buena receptividad que han tenido allí, vuelven desconcertante la convocatoria en estos momentos por parte de Uribe de una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA para exponer su denuncia. Sobre todo si se tiene en cuenta que faltan solo 15 días para el cambio de gobierno.

The Economist, una revista conservadora que ha elogiado la gestión de Uribe y criticado la de Chávez, dice en su último número que lo que busca el Presidente saliente es "obstaculizar el intento de su sucesor de buscar una reconciliación con el gobierno venezolano". La publicación resalta el nombramiento de María Ángela Holguín como señal de las intenciones del nuevo gobierno de buscar un mejoramiento en las relaciones, por el hecho de haber sido embajadora en Caracas y por su conocida visión pragmática y profesional.

Hay un elemento significativo que no ha sido mencionado en todo este rifirrafe diplomático. Y es que muy pocas personas en el país tenían un conocimiento total de los detalles de la presencia de los guerrilleros colombianos en territorio venezolano. Uno de ellos era el presidente Uribe. Pero el otro era Juan Manuel Santos, quien como ministro de Defensa fue el mayor responsable de las labores de inteligencia que produjeron esas pruebas. No deja de llamar la atención que con exactamente la misma información los dos llegaran a estrategias diametralmente opuestas.

Al final, como siempre, los optimistas y los pesimistas se dividieron sobre la evaluación del último round de la era Uribe-Chávez. Los primeros consideran que a Colombia le convenía que Uribe, sin nada que perder en sus días de despedida, le cantara la tabla a un gobierno cínico que lo había irrespetado y favorecido a las Farc. Los segundos creen que la crisis en la relación binacional se profundizó en forma innecesaria con consecuencias nefastas para el comercio y para la vida cotidiana de la población del área fronteriza.

La ruptura de las relaciones diplomáticas es grave para dos países que tienen tanta interdependencia como Colombia y Venezuela. El anuncio de Chávez fue noticia de abrir de la BBC y de otros medios internacionales, y preocupó a gobiernos tan disímiles como los de Barack Obama en Estados Unidos y Nicolas Sarkozy en Francia. Igual que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ambos hicieron llamados para que por medio del diálogo se busque una solución y cesen las tensiones.

En Colombia y en Venezuela el impasse se entiende de otra forma y se considera menos serio. La heterodoxia diplomática es la regla en estas tierras tropicales en las que las relaciones se rompen, suspenden y congelan con la misma facilidad con que se restauran. En el balance, las medidas más drásticas que ha tomado Chávez -retiro de embajadores, cierre de frontera, desplazamientos militares- no han durado mucho. Solo el bloqueo al comercio se ha prolongado y ha tenido un costo de más de 4.000 millones de dólares. En la crisis actual existe la posibilidad de que Chávez quiera dejar en claro que su pelea era con la Colombia de Uribe y que está dispuesto a un entendimiento con la Colombia de Santos. Esa ventana quedó abierta en su discurso al lado de Maradona, en el que anunció la ruptura de relaciones pero dejó ver que su bronca no es con el nuevo mandatario.

La gran pregunta es si el cambio de gobierno, el 7 de agosto, basta por sí solo para normalizar la situación. Las opiniones están divididas sobre dos puntos. El primero, si vale la pena ensayar un cambio de política para enfrentar a un vecino agresivo y hostil con el que hay tantas diferencias de fondo. Y el segundo, si el balance de los hechos de la semana pasada obstaculiza o por el contrario facilita las posibilidades del nuevo gobierno para mejorar las relaciones con Venezuela.

En cuanto a qué hacer con Chávez, la línea de confrontación que ha seguido Uribe exalta la dignidad del país, pero es mejor recibida por la opinión pública nacional que por la comunidad internacional, y, a juzgar por los resultados -obstáculos al comercio, ruptura de relaciones, conflicto permanente-, esta estrategia no arroja hasta ahora un buen balance costo-beneficio. En el otro extremo está la actitud pragmática de Estados Unidos de no confrontar en público a Chávez ni contestar sus agravios, pero asegurarse de que no se vaya a suspender la importación de petróleo. Un sector no insignificante del mundo empresarial colombiano no considera absurdo apostarle a esa carta.

El enfoque intermedio al que aparentemente le quiere apostar Juan Manuel Santos consiste en profesionalizar el manejo de los asuntos bilaterales y crear instrumentos de diálogo directo, prudente y constructivo. Algo así como lo que lograron España y Francia para que este último dejara a un lado una actitud tolerante hacia la presencia de miembros de ETA en su territorio, y se decidiera por una cooperación entre los organismos de seguridad de ambos países que de hecho permitió la captura y extradición de varios miembros de esa cúpula terrorista. Este esquema ofrece un modelo interesante para Colombia y Venezuela, aunque hay que tener en cuenta que fue posible gracias a circunstancias que no existen en este lado del Atlántico: Francia y España tenían gobiernos afines de centro izquierda y su agenda bilateral no tenía las complejidades de la colombo-venezolana.

Sin embargo, con la teoría de que no hay mal que por bien no venga, se puede especular que el hecho de que las relaciones entre ambos países hayan tocado fondo puede tener algunas ventajas. La circunstancia de que aparentemente la situación no puede empeorarse abre una esperanza en que, con una agenda realista, el nuevo gobierno pueda tener más campo de maniobra para una solución constructiva.

Esa es la esperanza que les queda al presidente electo Juan Manuel Santos y a su próxima canciller, María Ángela Holguín. La tensión de los últimos días podría incrementar las posibilidades del Presidente electo de impulsar una diplomacia más efectiva que permita más temprano que tarde normalizar las relaciones. Sus declaraciones prudentes desde México lo mantuvieron por fuera de la pelea, y eso, a su vez, lo dejó posicionado como el hombre del momento para solucionar ese conflicto. Una paradoja, si se quiere, porque Santos ha sido el mayor antichavista de Colombia y el que más provecho político le sacó a la confrontación con el impopular gobernante del otro lado de la frontera. Sin embargo, estos extremos a veces resultan. Como se ha repetido una y otra vez, las relaciones entre Estados Unidos y China solo se pudieron normalizar cuando Richard Nixon, el mayor anticomunista de su generación, abrió el camino para un establecimiento de las relaciones diplomáticas entre esos dos países después de tres décadas de 'guerra fría' con el gobierno de Mao Zedong.

Lo cierto es que ante un panorama tan oscuro -con bloqueo comercial, ruptura diplomática y tensión internacional-, cualquier avance que haga Santos se va a notar mucho y le va a dar la oportunidad al nuevo Presidente de establecer un contraste favorable en esta materia. Es imposible dar por hecho el éxito de una misión tan compleja, pero es seguro que Santos tiene las ganas, la capacidad y el talento de empezar su gestión con pie derecho, abriendo una nueva etapa en las relaciones entre Colombia y Venezuela.
Cortesia : Semana.com

MIRA: DIEZ AÑOS AL SERVICIO COMUNITARIO EN COLOMBIA.

MIRA: Diez Años al servicio de Colombia

  • MIRA: Diez Años al servicio de Colombia
  • El Movimiento Político MIRA cumple hoy 10 años de existencia en la arena política del país, demostrando que es posible hacer política democrática de servicio a la sociedad, que un real cambio en el ejercicio de lo público es posible, que la aplicación de valores y principios ha logrado influir de manera positiva en la formación de una ciudadanía activa, logrado con comportamientos políticamente virtuosos, además de transformar la historia del país con hechos contundentes y renovando la forma de pensar, sentir y actuar de la sociedad.
    Gestión Política
    Autor de 18 Leyes de la República, 2 Actos Legislativos y más de 50 acuerdos para Bogotá, ha sido reconocido como el movimiento político más organizado del país (Revista Semana – Edición 1409 “Las 100 empresas más grandes de Colombia” - Mayo 02 de 2009).
    Los 4 congresistas, 3 diputadas, 35 concejales y 265 ediles de MIRA se han destacado por su trabajo en Bancada Vertical, es decir, desde ediles hasta congresistas trabajando en temas en común, demostrando así coherencia ideológica y trabajo en equipo.
    Gracias a la implementación del Sistema de Gestión Miraísta, al fundamento ideológico del Movimiento, que es el Miraísmo, que significa la formación de una realidad diferente a partir del cambio en el ser humano, en la que la integridad, el buen ejemplo y la permanente búsqueda de la dignidad humana y del bien común, marcan esta ideología llevada a la práctica.
    En el ejecutivo, por primera y única vez en la historia, MIRA a través de su alcalde municipal de Calarcá, Carlos Enrique López Murillo, ha demostrado que el Sistema de Valores del Miraísmo y la ideología miraísta aplicada al ejercicio de la administración, puede llevar a municipios como el quindiano a pasar del puesto 213 del ranking nacional al primero a nivel departamental en su primer año de gestión.
    Participación Social
    MIRA es el Movimiento Político que le otorga el mayor porcentaje de participación a la mujer, según el estudio “Más Mujeres, Más política” edición 2008, iniciativa de la Federación Colombiana de Municipios (FCM), la Federación Nacional de Concejos (FENACON), la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), La Corporación Sisma Mujer, la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ), Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI), el Instituto Internacional para la Democracia, la Asistencia Electoral Internacional (IDEA), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
    La inclusión de jóvenes, afrodescendientes y adultos mayores es una fortaleza del Partido, así como el equipo de líderes voluntarios a lo largo y ancho del país.
    MIRA La Radio de la Gente se suma a la celebración
    Gracias a la confianza de miles de colombianos y personas que se identifican con el Miraísmo en diferentes naciones, durante estos 10 años de existencia MIRA ha logrado cambiar la historia política del país, con su participación en los diferentes espacios de decisión pública, en favor de todas las comunidades.
    MIRA La Radio de la Gente rinde un homenaje al Movimiento Político MIRA, y anticipa la publicación de la gestión de sus principales representantes, con reportajes en exclusiva a lo largo de esta semana.

miércoles, 21 de julio de 2010

1 parte Entrevista Dra. Alexandra Piraquive Programa: Versión libre Cana...

EL MOVIMIENTO POLITICO "MIRA" SE DESTACA AL RADICAR 24 PROYECTOS DE LEY PARA LA PRIMERA LEGISLATURA DEL CONGRESO EN COLOMBIA.

MIRA radica el 92.3% de los proyectos de ley del primer día de Legislatura

  • MIRA radica el 92.3% de los proyectos de ley del primer día de Legislatura
  • En lo corrido de la Legislatura 2006 – 2010, 85 proyectos de ley fueron presentados en el Congreso colombiano, 59 de ellos hoy Leyes de la República, de los cuales 14 son de autoría de la Bancada del Movimiento Político MIRA. Durante el acto de posesión del Congreso de la República, el Movimiento Político MIRA marca nuevamente la pauta, al presentar el primer día de Legislatura, 24 de los 26 proyectos de ley que fueron radicados en la corporación.
    El Movimiento Político MIRA radicó 10 proyectos de ley en el Senado de la República y 14 en la Cámara de Representantes el 20 de julio, logrando ser nuevamente el que “más madrugó” en la presentación de las iniciativas legislativas.
    Los senadores Alexandra Moreno Piraquive, Manuel Virgüez y Carlos Alberto Baena radicaron los proyectos que permitirán establecer mecanismos para el fortalecimiento de la economía popular; el que promueve la formación de hábitos, comportamientos y conductas seguras en las vías; dictar medidas tendientes a fortalecer la regulación de los sistemas integrados y estratégicos de transporte; además de la iniciativa legislativa que modificarían el Código Nacional de Tránsito.
    También los proyectos de ley por medio de los cuales se adoptarán medidas de carácter fiscal para propietarios de vehículos hurtados; el reglamento al funcionamiento de parqueaderos en todo el territorio nacional; así como la modificación al Código Penal; la creación del registro único nacional de información de subsidios; mecanismos para promover la integración regional; y el proyecto por medio del cual se establecen acciones para la igualdad de oportunidades de desarrollo económico y cultural para de la población afrocolombiana, negra, raizal y palenquera.
    En la Cámara de Representantes, la congresista Gloria Stella Díaz radicó 14 proyectos de ley, que permitirán establecer mecanismos para fomentar acciones afirmativas en procura de lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres; adicionar artículos al Código Nacional de Policía; modificación al Código Nacional de Tránsito; y modificación del Código Penal en materia de adolescentes.
    De otro lado, MIRA en la Cámara Baja presentó también los proyectos de ley que introducirán modificaciones a la aplicación de subrogados penales en conductas punibles de homicidio y lesiones culposas derivadas de accidentes de tránsito; por el cual se crea el registro único nacional de deudores de cuotas alimentarias; la reglamentación de la actividad del vendedor informal; mecanismos de prevención, protección y restitución de los derechos del habitante de calle; así también el proyecto que implementaría acciones afirmativas que promueven el bienestar de los recuperadores de oficio (conocidos como recicladores) en condición de vulnerabilidad; modificación a la Ley 232 de 1995 (que dicta normas para el funcionamiento de los establecimientos comerciales); funcionamiento de los establecimientos que prestan el servicio de videojuegos; y el que establecería medidas para la generación de empleos en Colombia.
    Con estos 24 proyectos de ley, y los que se radicarán a lo largo de la Legislatura a iniciar, el Movimiento Político MIRA reafirma su compromiso con la comunidad, y espera que el Congreso sea propicio para que estas iniciativas fluyan con la agilidad que cada sector demanda frente a cada proyecto de ley presentado.
    Informe Especial

lunes, 19 de julio de 2010

CONFIRMADAS LAS CURULES DEL MOVIMIENTO POLITICO "MIRA" PARA EL CONGRESO.


Con el respaldo de más de 320 mil colombianos, el Movimiento Político MIRA logró obtener tres curules al Senado de la República, gracias a la confianza depositada por los colombianos el pasado 14 de marzo.

Una vez terminados los escrutinios electorales, el Consejo Nacional Electoral confirmó oficialmente la tercera curul obtenida en las comisiones escrutadoras y que será ocupada por el ex concejal de Bogotá, Carlos Alberto Baena López. Asímismo, la entidad confirmó las credenciales para los senadores Alexandra Moreno Piraquive y Manuel Virgüez quien desde el día de las elecciones entraron en la composición del nuevo Senado de la República.

La curul de Cámara de Representantes por Bogotá, será ocupada por Gloria Stella Díaz Ortiz. La nueva bancada en el Congreso de la República ha anunciado priorizar temas que contribuyan al bienestar de los colombianos, entre ellos la defensa de la infancia, asuntos ambientales, los temas de movilidad y urbanismo, seguridad y defensa, así como una reforma al Código Electoral, entre otros.

Ver noticia completa

domingo, 18 de julio de 2010

EL EFECTO DE LAS PROMESAS……. ENTRE POLITICOS.


Qué buena oportunidad para examinar en parte, los resultados irremediables del contubernio originado en las coaliciones de los partidos tradicionales en Colombia para obtener la continuidad de un gobierno agónico, que NO pudo cumplir el 50% de sus compromisos a sus electores, especialmente en lo que atañe con macro problemas como la corrupción gubernamental, la corrupción política y la pobreza, y cuyos efectos ahora son motivo de distanciamiento con el prepotente gobierno entrante, sin proyectos ciertos para enfrentar las problemáticas enquistadas por años en el País. El siguiente articulo refleja en gran parte, uno de esos efectos en las relaciones internacionales:

"Con el último incidente, Chávez y Uribe terminan una relación de ocho años de peleas e insultos. Los resultados: comercio en picada, cero confianza y guerrilla en la frontera.

En la madrugada del jueves, Caracol Radio despertó a sus oyentes con la información de que el gobierno del presidente Álvaro Uribe exhibiría pruebas irrefutables de la presencia de comandantes de las Farc y el ELN en territorio venezolano. La noticia dejó a más de uno frío. No tanto por su contenido -es vox pópuli que varios jefes de la guerrilla se pasean como Pedro por su casa en Venezuela- sino por el momento escogido para hacer pública la evidencia.

El día anterior, el presidente Hugo Chávez había autorizado una reunión entre su ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y la canciller designada María Ángela Holguín. Crecía la expectativa de que Chávez asistiría a la posesión de Juan Manuel Santos, otrora su más férreo crítico. Y Holguín había reiterado que su prioridad era lograr la normalización de las relaciones con los vecinos.

No hay que ser un experto en asuntos internacionales para anticipar que la denuncia colombiana contra el gobierno venezolano iba a alborotar el avispero y desencadenaría una reacción a todo volumen del régimen chavista. Había ocurrido en el pasado una y otra vez. Como un marido infiel, no hay nada que indigne más a Chávez que lo acusen de ser colaborador de la guerrilla. Menos de 24 horas después de la rueda de prensa del ministro de Defensa Gabriel Silva en la que se detalló la localización de los jefes de las Farc Iván Márquez, Rodrigo Granda, Timochenko y Grannobles, ya Venezuela había llamado a consultas a su embajador y Chávez había insultado a Uribe, a quien describió nuevamente como un "mafioso".

Uribe, mientras tanto, convocó una cumbre con la cúpula de las Fuerzas Armadas y sus ministros de Defensa y Relaciones Exteriores, para estudiar la reacción venezolana y preparar la respuesta. Esta fue leída a las cinco de la tarde por el secretario de prensa, César Mauricio Velásquez. En una carta a la OEA, el gobierno pidió la convocatoria urgente de una "sesión extraordinaria del Consejo Permanente para examinar la presencia de terroristas colombianos en territorio venezolano".

En un dos por tres, los planes del presidente electo Santos de arrancar su mandato con aguas calmadas en el vecindario quedaron relegados al cuarto de San Alejo de las buenas intenciones. Su gira de amistad por la región, que arranca el 21 en México, adquiere un trasfondo muy diferente, en el que la seguridad -y no el comercio y la inversión- dominará el cubrimiento mediático.

Aunque llevar el tema de las Farc y Venezuela a instancias internacionales genera aplausos en muchos sectores de opinión, no es ni el momento -en tres semanas hay cambio de gobierno en Colombia- ni la manera de hacerlo. El presidente Uribe es hoy lo que los gringos llaman un 'lame duck', un mandatario de un gobierno que está de salida. Su capacidad de influencia es mínima; sus contrapartes latinoamericanos están interesados en ganar puntos con el sucesor más que con él. Más aún cuando sienten que Santos y Holguín representan el regreso de la habitual diplomacia colombiana que prefiere el diálogo a la confrontación.

Si en abril de 2008 los gobiernos de la región no apoyaron a Colombia después del ataque al campamento de Raúl Reyes y la divulgación de los correos y documentos que comprometían al gobierno de Chávez, menos lo harán ahora. Ellos están acostumbrados a escuchar las legítimas denuncias colombianas e ignorarlas. Igual pasa con los rifirrafes entre los dos mandatarios. Prefieren la diplomacia de "apariencia y meliflua" que los embates histriónicos, como cuando Uribe le exigió a Chávez que fuera "un varón".

A la OEA, por tradición, no le gusta inmiscuirse en problemas entre dos de sus miembros; su filosofía es el consenso y no la pelea. Al pedir la sesión del Consejo Permanente para que revise el tema de los guerrilleros colombianos en territorio venezolano, Uribe expone al país al riesgo de una humillación diplomática. Porque mientras Venezuela tiene garantizada la defensa pública de sus amigos del Alba -Bolivia, Nicaragua y tal vez Ecuador-, Colombia solo puede contar con Estados Unidos, como siempre ha ocurrido en la era Uribe y que es precisamente lo que quiere cambiar Santos.

Tanto Chávez como Maduro buscaron resaltar la diferencia frente a Uribe y Santos. Incluso, aprovechando el papayazo, han acusado al Presidente colombiano de conspirar contra su ex ministro de Defensa, la vieja táctica de divide y vencerás.

En la reunión del jueves de los directores de los medios colombianos con el ministro de Defensa, este explicó por qué el Presidente quiso revivir el tema de las Farc en Venezuela. Según Silva, Uribe quería que quedara claro que el deterioro de las relaciones con el vecino país se debía a la falta de compromiso de Chávez en la lucha contra el terrorismo. Ya en días pasados el canciller Jaime Bermúdez había advertido lo mismo. En la lógica actual del gobierno, no es posible mantener relaciones normales con un país que permite la presencia de guerrilleros en su territorio.

Paradójicamente, de 2002 a 2007 esa fue la política de Uribe. Se aguantó la piedra y con excepción de la crisis por la captura de Granda en Caracas las relaciones entre Colombia y Venezuela fueron inmejorables para los negocios. Las exportaciones colombianas pasaron de 1.100 millones de dólares en 2002 a 6.000 millones en 2008. Se firmaron todo tipo de acuerdos de integración. Hasta Pdvsa construyó un gasoducto en La Guajira y Colombia se convirtió en exportador de gas a Venezuela.

La labor mediadora de Chávez por el intercambio humanitario y las revelaciones del computador de Raúl Reyes generaron un cambio en la relación entre los dos gobernantes. Cada uno se polarizó y encontró razones para incrementar su animadversión frente al otro. El resultado fue un colapso en el comercio entre los países; las exportaciones a mayo de 2010 apenas sumaron 650 millones de dólares. Y la guerrilla, como lo señaló la misma Casa de Nariño, sigue allí, refugiándose del otro lado de la frontera.

Es evidente que la diplomacia del micrófono, tan de moda en estos últimos años, no funciona. Esa parece ser la conclusión a la que han llegado el Presidente electo y su Canciller. Quieren imponer de nuevo el pragmatismo del pasado que dio tantos resultados cuando Holguín era embajadora en Caracas en los primeros años de la administración Uribe.

Sería más fácil si el actual ocupante de la Casa de Nariño les facilitara las cosas. En Estados Unidos, el Presidente saliente se cuida siempre de tener al tanto a su sucesor de hechos que podrían afectar la seguridad nacional. Lo hizo George W. Bush con Obama en la crisis financiera mundial, y lo hizo Bush papá en 1992 cuando consultó con Bill Clinton el envío de tropas a Somalia."
Cortesía: Semana.com

martes, 13 de julio de 2010

LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS.

LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS
Nicolás Angulo Sánchez  [1]

Los seres humanos y los grupos, colectivos y comunidades donde conviven y desarrollan su personalidad son los titulares y sujetos centrales de los derechos humanos, como por ejemplo los pueblos indígenas y otras minorías oprimidas. Se pone así de relieve la compatibilidad entre las dimensiones individual y colectiva de los derechos humanos. Todos los pueblos y todas las culturas forman parte de la herencia y del patrimonio común de la humanidad, y merecen igual respeto y consideración a la hora de preservarlos. Asimismo, debe tenerse en cuenta el medio ambiente, pues los ecosistemas también son patrimonio común de la humanidad y de los pueblos que los habitan.
 
Debe prestarse especial atención a los individuos y sectores más vulnerables y desfavorecidos, como es el caso de las mujeres, los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, los trabajadores migrantes, los refugiados y los desplazados, sin que esta enumeración sea exhaustiva. Ello exige la aplicación de medidas de igualdad o equidad compensadora, es decir, medidas específicas en favor de estos individuos y sectores discriminados y marginados con el propósito de superar o, al menos, paliar la situación o condición de desventaja y desigualdad que el actual modelo económico y social imperante acentúa y agrava. Son documentos particularmente relevantes en lo que se refiere a los derechos humanos:

-La Carta de las Naciones Unidas de 1945, que es un tratado internacional que codifica los principios fundamentales de las relaciones internacionales, como el de igualdad de derechos y el de libre determinación, así como el que prohíbe el uso de la fuerza y obliga a los Estados a la resolución de sus conflictos por medios pacíficos.
-La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) de 1948, el texto más conocido y divulgado relativo a los derechos humanos.
-Los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de 1966, es decir, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), cuyo primer artículo, común a ambos, reconoce el derecho de libre determinación de los pueblos.
-La Declaración sobre el Derecho al Desarrollo (DDD), que contempla los derechos humanos como universales, interdependientes e indivisibles.

Asimismo, son especialmente relevantes los derechos humanos directamente vinculados con la satisfacción de las necesidades básicas, de ahí que quepa destacar los derechos relativos a la alimentación, al agua, a la vivienda, a la salud, a la educación y a disponer de servicios sociales básicos para todos, principalmente para los más pobres y vulnerables.

Sin embargo, el siglo XXI se ha inaugurado en un contexto económico, político, social y cultural caracterizado por lo que se denomina "globalización" o "mundialización" neoliberal, consistente en la expansión ilimitada de los valores e intereses de las fuerzas y grupos hegemónicos que dominan la producción y el mercado capitalistas a escala planetaria. De este modo, se relega lo humano, lo social y lo cultural frente a lo económico, lo financiero y lo comercial, desplazando los valores solidarios a un lugar marginal, reduciéndolos a la caridad o generosidad humanitaria característica de las tradicionales instituciones de beneficencia. En consecuencia, los beneficios y la riqueza dejan al margen amplias capas de población, constituyendo la principal fuente de pobreza.

Asimismo, dicha globalización considera nuestro entorno natural o medioambiental como una fuente inagotable de materias primas, cuyo coste debe reducirse al mínimo para hacer rentable la fabricación de objetos de consumo. El modelo mercantilista y consumista promovido por la globalización neoliberal resulta ecológica y humanamente insostenible, indigno e injusto, pues el trabajo humano y los recursos naturales no deben considerarse meras mercancías cuyo coste debe reducirse al mínimo para maximizar los beneficios en la fabricación o prestación de productos o servicios.

Los objetivos a lograr parahacer realidad todos los derechos humanos para todos, y no sólo para los más privilegiados, consiste en mejorar el bienestar, la dignidad y la calidad de vida, procurando una mayor igualdad económica y social y prestando particular atención a los más pobres y vulnerables, así como respetar y proteger la diversidad cultural. Además, el desarrollo debe ser sostenible ecológicamente, lo que exige un uso racional y no abusivo de los recursos naturales para garantizar el futuro bienestar de las generaciones venideras y de la biodiversidad del planeta.

También deben considerarse como objetivos el establecimiento, mantenimiento y fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales, concibiendo la paz como una paz justa, en la que se respeten y protejan los derechos humanos, pues de lo contrario sería una paz aparente que oculta una situación de opresión y violencia ejercida desde los poderes dominantes. Esta es la mejor garantía de la seguridad para todos, a la cual debe unirse un desarme progresivo que disminuya la capacidad de amenazar y destruir, y que libere recursos económicos y humanos para actividades pacíficas  [2].

En lo que se refiere al comercio, debe ser compatible con la equidad y la justicia social y no basarse exclusivamente en el afán de lucro del comerciante. En este sentido, los beneficios de la actividad comercial deben redistribuirse equitativamente. Los seres humanos y los colectivos donde conviven y desarrollan su personalidad no deben considerarse meras mercancías ni meros agentes, más o menos solventes y “competitivos”, de la oferta y la demanda del mercado global, tal y como interpretan la OMC, los Estados de los países más ricos y sus bancos y empresas transnacionales, pues ello fomenta un intercambio comercial desequilibrado e inequitativo que genera mayor desigualdad económica y social y pobreza a escala nacional e internacional.

Tampoco deben convertirse en meros consumidores ni meros deudores de préstamos contraídos en circunstancias de desigualdad e indefensión manifiestas que a toda costa deben reembolsar, como es el caso de la deuda externa de los países empobrecidos del Tercer Mundo. En dichos países las nuevas formas de dominación consisten ‑además del comercio injusto‑ en las políticas económicas basadas en los programas de ajuste estructural, posteriormente rebautizados con el engañoso nombre de “estrategias de lucha contra la pobreza”, los cuales están diseñados para hacer posible el reembolso de la deuda externa por parte de dichos países y no para satisfacer las necesidades y derechos de sus ciudadanos.

Dicho reembolso tiene como función principal transferir el producto de la sobreexplotación de sus recursos humanos y naturales hacia los Estados más ricos y sus bancos y empresas transnacionales. De este modo, dichos países se convierten en exportadores netos de capital, siendo la menguada ayuda al desarrollo que los países así enriquecidos conceden a los empobrecidos netamente inferior a dicha transferencia y a la fuga de capitales, lo que provoca que la brecha entre países ricos y pobres sea cada vez mayor y que la desigualdad económica y social aumente por doquier.

Asimismo, la “gobernanza” o el “buen gobierno” interpretados a la manera neoliberal pretenden relegar a un segundo plano la democracia y sus implicaciones. De este modo, se pretende legitimar políticamente la mercantilización de todo lo humano y su entorno medioambiental y, concretamente, las políticas económicas que convienen a las fuerzas hegemónicas. La gobernanza o el buen gobierno neoliberales vienen a ser el conjunto de normas y procedimientos políticos, administrativos e institucionales adecuados a la aplicación o implementación de las políticas económicas neoliberales, caracterizadas por la primacía del sector privado y de sus valores (competitividad, rentabilidad, consumismo y productivismo, entre otros) y por la subordinación a éstos de los sectores público y civil.

La doctrina de los derechos humanos no sólo genera derechos, sino que también genera deberes  [3]. En este sentido, si todos los individuos y grupos humanos son titulares de los derechos humanos, y en especial los más vulnerables y desfavorecidos, todos los individuos y grupos tienen igualmente el deber de contribuir en favor de la aplicación y realización de todos los derechos humanos para todos según las posibilidades y capacidades de cada cual. Por ello, debe destacarse la cada vez mayor responsabilidad del sector privado, en particular de las empresas y bancos transnacionales, como sujetos obligados por el conjunto de los derechos humanos debido al enorme capital económico que acaparan, a la gran presión que ejercen sobre el poder político y a la importante cantidad de recursos humanos y de conocimiento de que disponen.

La reciente crisis financiera en los países ricos ha puesto en evidencia las consecuencias previsibles, pero negligentemente ignoradas, de la excesiva especulación financiera por parte de dichos bancos y empresas transnacionales privados, quienes en connivencia con muchos dirigentes estatales y gubernamentales, una vez más, han evitado su estrepitoso colapso mediante la expropiación de cuantiosos fondos del sector que consideran "obsoleto", el sector público, sin reconocer el fracaso de las medidas pro sector privado que han impuesto ¡y siguen imponiendo!  [4].

Hacer efectivos los derechos humanos para todos, sin discriminación, exige la reorientación de las actuales políticas económicas, tanto a escala nacional como internacional, así como de las relaciones económicas, financieras y comerciales entre los países “desarrollados” y “subdesarrollados”, con el propósito de que sean más equitativas y menos abusivas. Frente a los modelos “gobernancistas” neoliberales, los Estados ‑principales sujetos del Derecho Internacional‑ y sobre todo los Estados de los países más ricos y poderosos deben convertir los compromisos políticos contraídos en foros internacionales en normas jurídicas, y por lo tanto vinculantes, a fin de hacer realidad los derechos humanos en un mundo tan mercantilizado y "financiarizado" como el que vivimos.

Además, el actual modelo de globalización limita enormemente, por no decir que anula completamente, la libertad de cada pueblo de elegir el modelo de desarrollo que mejor se adapte a sus características específicas. Frente a ello, las políticas de desarrollo y de reducción de la pobreza deben ser elaboradas principalmente por las personas y grupos afectados porque nadie mejor que ellos para comprender cuáles son sus circunstancias y sus necesidades propias.

En este sentido, el desarrollo humano y sostenible ecológicamente se presenta como un derecho humano de tercera generación o de solidaridad, junto a los derechos relativos al medio ambiente, a la paz, a la asistencia humanitaria y al patrimonio común de la humanidad, los cuales enfatizan la noción de solidaridad que debe impregnar la concepción, interpretación y aplicación de todos los derechos humanos.

Respecto de la financiación de las políticas en favor de los derechos humanos, debe destacarse la exigencia de que los países ricos cumplan el compromiso adquirido en reiteradas ocasiones de destinar el  0,7% de su  PNB para Ayuda Oficial al Desarrollo  (AOD) en favor de los países del Tercer Mundo. Asimismo, debe establecerse un sistema tributario de alcance internacional, de carácter proporcional y progresivo, es decir, que incida principalmente sobre los grandes patrimonios y fortunas y que, gracias a los medios tecnológicos de que se dispone hoy en día, resultan técnicamente aplicables. También serían aplicables impuestos sobre las transacciones financieras (Tasa Tobin) o similares que, además de recaudar fondos para financiar programas en favor de los derechos humanos, servirían para frenar la especulación financiera, principal causa de la reciente crisis, y desincentivar actividades económicas lesivas para el medio ambiente y el bienestar social.
 
 NOTA: Este artículo ha sido publicado en la revista Pueblos núm. 41, marzo de 2010.

LO INSOLITO DE PERSONAJES COMO INGRID BETANCOURT


"…No es nada nuevo que Ingrid Betancourt utilice sus argucias para salir en primer ante los medios de información. Su figura cada vez que sale deja una estela de difunta, sufrimiento y mesura calculada. Mucho antes de su secuestro su historia política lo ha demostrado. Basta revisar sus actuaciones en el congreso."

No es extraño encontrarnos con noticias, y actos como los emprendidos por la señora Ingrid Betancourt, supuestamente en contra del Estado Colombiano, cuando en realidad es el Pueblo Colombiano, sus ciudadanos y habitantes, quienes tendremos que asumir semejante carga economica en contra de nuestra voluntad.

Recordemos que el Estado Colombiano puede ser demandado, pero quienes a la postre pagamos y asumimos dichas cargas economicas, son el pueblo, cada dia mas pobres, por personajes de esta naturaleza que se pavonean en los escenarios politicos para obtener prebendas de todo orden.

Y no es extraño, que el Estado, o alguno de su agentes se preste para llevar la supuesta conciliacion a feliz termino, entonces tendremos la justificacion para desviar los recursos que finalmente deben llegar a las poblaciones y personas mas pobres (y presupuestadas en los Planes de Desarrollo, sea Local, Municipal o Departamental).

Actos como estos, son los que debemos con paciencia, pero con absoluto caracter, rechazar y evitar. Como? Siendo conscientes de que debemos elegir personas transparentes, esforzadas en servir a la comunidad, lideres comunitarios que anhelan servir desde el poder a las poblaciones vulneradas y no personajes con intereses perversos que quieren aprovecharse de los recursos destinados para la sostenibilidad de un Pais y sus Ciudadanos de bien.

miércoles, 7 de julio de 2010

UN PERFIL PARA NO OLVIDAR ...... EN LA COLOMBIA QUE QUEREMOS.



Me encontre un articulo que llamo mi atencion, y de la cual considero es un perfil para no olvidar ...., en la Colombia que queremos, que llevamos en nuestro corazon, ahora que se inicia un nuevo gobierno, y donde las necesidades fluyen a los cuatro vientos. Veamos ese articulo y saquen su propia conclusion: "CUATRO AÑOS A BORDO DE SI MISMO."

En “El libro de la risa y el olvido”, el escritor checo Milan Kundera, en una frase que no por frecuentada pierde singularidad, afirma que “la lucha del ser humano contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”.


En el gobierno colombiano que ahora inicia, un rasgo distintivo es la sin par capacidad de los elegidos, presidente y vicepresidente, para desdecirse de sí mismos, abjurar de los laudos dictados en primera persona, negar las jaculatorias propias de antier, o rasgarse las vestiduras ante las actuaciones de ayer. Una brutal lucha del olvido contra la más natural memoria.

Hablemos de Juan Manuel. Ha estado al frente de tres ministerios: Comercio Exterior, Hacienda y Defensa, desenvolviéndose para tres gobiernos distintos e incompatibles: César Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe.

Juan Manuel fue ministro de Comercio Exterior durante el gobierno liberal de Gaviria. Desde esta cartera, fue punta de lanza de una apertura económica de sopetón, que le significo muchos males al país y acabó de sumir al sector rural en la desgracia (que lo digan los productores de trigo, cebada, papa, o los embarcados en los embelecos de la diversificación de cultivos de la Federación Nacional de Cafeteros, de la que el propio Juan Manuel había sido representante incólume en Londres, ante la OIC).

Juan Manuel fue ministro de Hacienda y Crédito Público durante el gobierno conservador de Pastrana, luego de haber sido un franco opositor y crítico acérrimo. Simple voltereta, para llegar de carambola a un ministerio en el que, con su sola llegada, ayudó a ahogar el proyecto presidencial de referendo para revocar el Congreso. Gracias de la vida, “para salvar al gobierno de Pastrana”, según él mismo lo aseveró.
Juan Manuel fue ministro de Defensa durante el gobierno anti gavirista y anti pastranista de Uribe. De malquerido por el presidente, además, a cuya primera reelección se opuso en los inicios, Juan Manuel, un oligarca concreto, un golfista nato, pasó a ser cofrade de Uribe.
Aprovechó la zambapalos generada por el tema de esa reelección en el Partido Liberal, para crear, con la disidencia, el PUN (léase: Partido de Unidad Nacional), el partido uribista de la U del mismo Uribe, en el que aterrizarían paladines, caciques y parapolíticos, y al que aún ahora siguen deslizándose por la puerta de atrás los miembros del PIN, en una suerte de PIN – PUN y ping – pong milagrosos.

Ya en la cresta de un liderazgo inadvertido, con el partido presidencial bajo la manga, Juan Manuel se ganó, por derecho propio, el ministerio que más le serviría en el gobierno de la “Seguridad Democrática”. Asumidas las mudanzas ideológicas y tan claros los fines, importaron poco los medios, sembrados de mentiras y muertos y desplazados, y con el viento de El Tiempo y todos los medios en popa.

Juan Manuel se reunió con las FARC en Costa Rica, sin venia ni autorización del entonces presidente Samper, y llegó a proponerle a la Comisión de Conciliación Nacional, en 1997, la creación de una zona de despeje, más de medio año antes de la reunión de Víctor G Ricardo con Manuel Marulanda Vélez y el “Mono” Jojoy, realizada una semana antes de la elección de Pastrana como presidente y mucho tiempo antes de que a este se le ocurriera la idea.

Pocas veces en la historia del país a un gobierno se le ha cobrado tan cara una decisión, como al de Pastrana la creación de esa llamada “zona de distensión”, en un infructuoso proceso de negociación con las FARC.
Del mismo modo que la esperanza de la paz con el grupo guerrillero fue definitiva para la llegada de Pastrana al poder, la frustración del proceso fue determinante para que Uribe se abriera el camino a la presidencia con su discurso incendiario e intransigente.

Y en el camino, claro está, se llevó por los cachos cualquier política o estrategias de paz: Se instauró un nuevo discurso, de guerra frontal. Y así fue como el mismo Juan Manuel armó diligente el aparataje, organizó las huestes a costillas del PIB y ladró sin moderación desde el Ministerio de Defensa. Franqueó, pues, de una zancada la valla, y, de proponente de la idea, para cerrar con broche de oro, pasó a afirmar, hace unas semanas, que otros candidatos podrían regresar al país a “la oscura pesadilla del Caguán”.

Es aquel Juan Manuel Santos que nunca ha luchado contra el poder, sino por el poder. En una lucha que cualquiera ser humano libraría contra el olvido, Juan Manuel ha optado siempre por perder la memoria. Ahora que lo ha conseguido, que él de cabo a rabo es el poder mismo, ¿qué país tendrá en mente? ¿Cuál población en el olvido?

Y no es cuestión de pedirle peras al olmo. O a un político de corazón, como este Juan Manuel, que no varíe su pensamiento, o que se contradiga de vez en cuando, o que por conveniencia se arrime al árbol que da más sombra. No. Lo que llama la atención es el exacto acoplamiento con la incoherencia y la obstinación enferma por los traspiés. Lo insensato es el tamaño de los virajes, el descaro en los cambios de tercio, la infidelidad a los adictos, los cabeceos abruptos en la palabra .

Claro, siempre puede sostenerse, y no sin razón, que no se pueden traicionar unas ideas cuando nunca se ha creído de cierto en ellas. Y si desde hace tiempo ha sido complicado establecer lo que Juan Manuel cree de las cosas, a estas alturas, cuando ya ha logrado el pensamiento único que siempre ha estado metido en su cabeza, el de ser presidente, pues él todo se hace más inescrutable, con quién sabe cuántas reflexiones en melcocha y la ambición cociendo al vapor.

Juan Manuel, distinguido por el buen olfato político y el certero recular, es corto de vista a la hora de percibir tanta contradicción y paradoja. Él no halla, digamos, incoherencia alguna entre el hecho de haber sido una vez un activo “conspiretas” y reunirse con Raúl Reyes para tramar la caída de un presidente, Samper, y después acusar a Rafael Pardo de acordar con las FARC la unión con las fuerzas de oposición para evitar la reelección del ya recién arrogado patrón, Álvaro Uribe, en una acusación malintencionada y embustera.

Tampoco la ve en abrazar al mismo Reyes en Costa Rica o El Caguán, y después matarlo en un país vecino. Mejor dicho, en haber pasado, en un santiamén, de pacifista consumado a pacificador furibundo.
Situaciones como estas nos dejan hoy de bruces sobre un Juan Manuel que habla sin ton ni son y un Santos que todavía farfulla en la palestra. Y, peor aún, ad portas de un gobierno de labios para afuera.

Ojalá, por el bien del país, ahora en la presidencia Juan Manuel Santos vuelva a llevarse la contraria, a actuar en contravía de lo que dice que hará y de todas las pavadas que promete, y haga por fin algo que valga la pena o sirva de algo, aunque sea para los propios desdichados que lo eligieron.

Cualquier bagatela que esté más allá de las patrañeras cifras económicas que mostraba en PowerPoint en Minhacienda, cualquier cosa signifique más que las victorias de guerra anunciadas en podio de vitrina en esa área farandulera que volvió el Mindefensa, cualquier fruslería que vaya más allá de los guarismos hueros y las esperanzas baldías con que atragantó a Mockus y esperanza a sus círculos criollos. Es que, de a de veras, Colombia no se merece que él no siga siendo el mismo.
CORTESIA DE:http://juanalbertosm.blogspot.com