DERECHO, SOBORNOS Y VIDEO .... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Cortesia: | Álvaro González Uribe | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Vergonzoso para la ciencia del Derecho lo sucedido con el abogado Ramón Ballesteros de quien vimos un video en el cual ofrece dinero para que un testigo varíe su testimonio. Al margen del caso y de su ominosa motivación (favorecer a unos parapolíticos e incriminar a un magistrado probo), da tristeza que la ciencia de Kelsen termine en un sartal de hechos tan burdos y guaches, por decir lo menos. El tema no es nuevo y varios abogados han recurrido y recurren a artimañas rastreras. Sin embargo, causa repugnancia el caso de Ballesteros por su trayectoria y la forma como fue descubierto. ¿Para qué los abogados nos desgastamos en profundas lecturas, estudios y debates sobre Filosofía del Derecho, su teoría, la norma, la naturaleza y clases de leyes, y sobre tantos aspectos inherentes a una ciencia tan clave para la sociedad, si todo termina en un maletín con billetes o en un sufragio? Es una pregunta que muchos abogados nos hemos hecho cuando sabemos de tales casos. En mi caso personal actuaciones similares motivaron en parte mi alejamiento del ejercicio del Derecho, aunque jamás me arrepiento de haberlo estudiado, pues ha sido un pilar básico en las diversas ocupaciones de mi vida, incluyendo la de columnista y aprendiz de escritor. En mis años mozos de “jurisconsulto” teníamos a varios abogados como semidioses, algunos de los cuales eran nuestros profesores y autores de textos. Por ello la desilusión que nos produjo verlos caer poco a poco en esas triquiñuelas opuestas a lo que nos habían enseñado. Se derrumbaban nuestros ídolos y con ello el ejercicio de una de las profesiones más hermosas; hermosa cuando se ciñe a sus principios y artes, y no penetra en las tinieblas de las componendas, trucos bajo la mesa, arreglos antiéticos y delictuales y, en general, en el todo-vale. Si bastante teníamos con el clásico dilema de tener que defender o no a ciertos sindicados bárbaros que inmenso daño hacían a la sociedad y seguramente lo seguirían haciendo, sí que era complicado cuando el Derecho se reemplazaba por prácticas viles de abogados disfrazados y hasta amparados con esa toga que tanto nos enorgullecía. Para muchos no fue fácil comprender que absolutamente todas las personas, sea cual fuere el delito y su daño, tenían y tienen el derecho a una defensa. Luego, cuando los poderosos narcotraficantes y los sicarios empedernidos -esas máquinas de matar- subieron a los estrados judiciales, algunos empezamos a hablar de las “defensas indefensables”: de ciertos monstruos que ni siquiera merecían ese derecho, así fuera contra el derecho natural y universal a la defensa. Fuimos calificados de antiéticos y de malos abogados, hasta con razón, pero pensábamos que primero estaba y está la permanencia de la sociedad. Muchos de los abogados ilustres que empezaron a defender lo que se atravesara terminaron enredados o asesinados con fama y todo. Ciertos delincuentes, en especial los mafiosos, sólo usan al abogado para que los saque de líos a como dé lugar, utilizando lo que sea, incluyendo el asesinato, el soborno y la amenaza. Abogado, códigos, soborno y armas son lo mismo para ellos; combinan las formas de defensa... Esos prontos abogados tarde que temprano terminaron en el juego de sus siniestros amos. Otros se dedicaron al lobby ante el Congreso y las altas cortes para influir en leyes que favorecieran a sus clientes, y también terminaron mal, como varios casos conocidos en Antioquia -y sé que en otros departamentos igual- donde profesores y abogados venerables y admirados cambiaron el Derecho que nos enseñaron por tácticas rápidas e ilegales. Pese a ello hay que seguir creyendo en el Derecho con todos sus errores, y en las instituciones y en la Ley como única forma de convivir (nunca de Convivir). Ni este caso del ex ilustre Ballesteros, ni otros peores, ni las graves fallas del sistema judicial, ni el absurdo sistema penitenciario que tenemos nos pueden hacer cambiar de idea. Si no basta con argüir la moral y los principios, la razón es clara: especialmente en Colombia está más que demostrado que cuando se intenta hacer justicia por fuera de las leyes el resultado es cien veces peor. |
Por una democracia deliberativa en el mundo y una Renovacion Absoluta en el ser humano .......
- "Sí, Poeta aficionado, que expreso el sentir entrañable de la vida, en pequeños y sencillos versos." LuMo2020
sábado, 26 de febrero de 2011
LA DIGNIDAD DEL ABOGADO FRENTE A LA ETICA ....
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El abogado debe ser no solo soldado de la justicia, sino tambien defensor de la libertad.
ResponderEliminar“El Abogado es sacerdote liberal de la justicia que lucha por el bien social aunque sea a costa de su propia vida... Se habla del bien social y esto plantea la cuestión esencial de los Abogados. Porque hay vulgos ignaros, ¿Hay de ellos?, y algunos letrados también, creen que nuestro deber es el de ganar a todo trance el litigio que nos ha confiado, desentendiéndonos de todo lo demás.<> he oído decir muchas veces. Pero defender ¿a quién? Preguntamos. Y se me responde: <>.Tal concepto es bárbaro. Se nos confunde con los médicos. El médico debe asistir al que sufre, a todo el que sufre, sea quien sea. Pero nosotros no debemos defender <> sino <>. Pensando lo contrario se degrada nuestra profesión hasta los más abyectos extremos. Si un hombre dice <> ¿qué será ese hombre sino un cómplice por precio de todas las maldades humanas? ¿Cabe algo más despreciable?” Gustavo Gómez-Gustavo Ibáñez.
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